
En julio de este año me contactaron de Akelarre CR para preguntarme si me interesaba ser profesora de teatro como parte de un proyecto de formación y capacitación artística para el elenco artístico y de entretenimiento del Hotel Fiesta Resort. Como pelotera que soy, acepté la propuesta, porque me pareció una buena oportunidad para compartir nuestro conocimiento fuera de la GAM y conectar con artistas de otros lugares. Siempre he creído que las oportunidades llegan en el momento en que estamos listos para tomarlas y en el momento en que las necesitamos. Y bueno, acepté con gusto. Según yo, iba a dar clases en un lugar espectacular y a disfrutar el proceso de ver el progreso de cada estudiante, pero jamás me imaginé que en poco tiempo esta experiencia iba a tocar tanto mi corazón y mi alma como artista y como ser humano. No solo me emocionó el talento de cada persona presente en ese grupo de artistas, sino su enorme potencial, su compromiso, su entrega en cada clase, su crecimiento semana tras semana. Ir cada jueves a Puntarenas a dar clases se convirtió en mi momento favorito de la semana, en mi escape mental para cambiar de ambiente e inspirarme, en un lugar para ver los sueños de otros cumplirse y poder ser parte de eso de una u otra forma, en un espacio para ver a otras personas descubrir sus capacidades y enfrentar sus miedos. Me enamoré de su energía, de su sed de aprendizaje, de sus ganas de tirarse al agua aunque las voces de sus cabezas a veces quisieran hacerles creer lo contrario. Trabajar con ellos ha sido más que un compromiso laboral, ha sido una lección, un recordatorio del enorme privilegio que tenemos como artistas de hacer lo que amamos y de dedicarnos a ello, de transformar vidas, de apoyarnos, de ver al otro con ojos de admiración, de aplaudir los aciertos y los errores, de disfrutar ver brillar a los demás, de reconocer que siempre hay personas más talentosas y con una garra inmensa porque anhelan alcanzar las estrellas. Esta experiencia me ha transformado, me ha sanado, me ha dado la oportunidad de conectar con otras personas fuera de la GAM que también quieren contar historias, que quieren ir más allá, que no se dan cuenta a veces de todo lo que tienen para dar dentro y fuera del escenario. La gratitud que siento hacia este proyecto es más grande y más profunda de lo que puedo escribir aquí, pues en estas palabras solo intento sacar de mi pecho lo que siento. De julio a octubre me he transformado, y esto ha sido también gracias a ellos, y lo agradezco de todo corazón. Saber que hay alguien que quiere lograr cumplirle a su niño interior, que había guardado sus sueños en un cajón porque pensó que la vida era una carrera en la que sus metas debían girar en torno a los demás, y que ahora se atreve a desempolvar lo que tanto deseaba para poco a poco hacerlo realidad. Eso lo vale todo y me ha dado una inmensa felicidad desde lo más interno de mi ser.
Gracias Akelarre CR por la confianza. Gracias Daniel Zúñiga por tu visión y la oportunidad de crear esta alianza.
Gracias chicos y chicas del Fiesta. Les quiero y les estoy muy agradecida.
-Sofi